Diverticulitis
¿Qué son los divertículos?
Antes de abordar la diverticulitis, es importante definir qué son los divertículos colónicos.
Se trata de pequeños sacos, o ‘bolsitas’, que sobresalen a través de las áreas naturalmente más débiles de la pared del colon (intestino grueso), en zonas naturalmente más débiles de esa capa muscular.
La presencia de uno o más divertículos en el colon se llama diverticulosis.
No aparecen desde el nacimiento, sino que se van formando a lo largo de la vida, y por lo general se presentan a partir de los 35-40 años.
Pueden desarrollarse en cualquier parte del colon, pero generalmente se forman en el colon sigmoides que es la parte final del mismo, antes de llegar al recto, y se localiza abajo y a la izquierda del abdomen.
Afecta a la tercera parte de los mayores de 60 años y a más de la mitad de los mayores de 80 años.
Los divertículos no suelen causar problemas en la salud digestiva. Sin embargo, en ocasiones pueden inflamarse /infectarse (diverticulitis) o incluso sangrar (hemorragia digestiva) por lo que es importante la consulta ante cualquier síntoma.
¿Qué es la diverticulitis?
La diverticulitis es una de las complicaciones que pueden presentar los divertículos.
Se trata de la inflamación y/o infección de un divertículo, que puede dar lugar a una acumulación de pus (absceso) alrededor del mismo. Si se presenta una microperforación en el divertículo, el líquido y las bacterias pueden filtrarse hacia el abdomen y causar una afección más grave llamada peritonitis.
Los síntomas son dolor de moderada o alta intensidad, en la parte baja hacia la izquierda en el abdomen, similar al de la apendicitis (pero del lado contrario), fiebre y escalofríos, y acompañado a veces con alteración en la forma de la materia fecal y en el ritmo evacuatorio.
¿Cuáles son sus causas?
Los divertículos se desarrollan con el correr del tiempo. Los mismos se pueden producir por diferentes motivos a saber:
- Presión intracolónica: ante un aumento de presión dentro del colon (por espasmos de la capa muscular), y esta presión va empujando la capa interna (llamada mucosa) de la pared intestinal, sobresaliendo en forma de “sacos” o “pequeños globos”.
- Alteraciones en el tejido nervioso entérico (neuronas que se encuentran en el tubo digestivo), en el tejido de sostén (colágeno), los músculos lisos que componen parte del colon y la motilidad colonia, contribuyen a la formación de los divertículos.
La causa de estos espasmos es desconocida, pero pueden estar relacionados con una dieta baja en fibra o alta en carne roja.
- Predisposición genética para la aparición de los divertículos.
En el caso de la diverticulitis, estudios han confirmado y ampliado el rol que juega la dieta y otros factores en el estilo de vida. Ambos afectan a la flora bacteriana intestinal (microbioma o microbiota), y un cambio en la composición, diversidad y funciones de la misma, predispone a la aparición de la infección diverticular.
Aumenta el riesgo de aparición de diverticulitis las dietas alta en carnes rojas, grasa, granos y azucares refinados. La obesidad y en particular, la obesidad central.
Fumar tabaco, está asociado al aumento en el riesgo de tener diverticulitis, y en especial, una diverticulitis complicada. Es decir, cuando esta evoluciona hacia un abseso o a peritonitis.
Por su parte, el sedentarismo y algunos medicamentos, como los antiinflamatorios no esteroideos (AINES), también se han asociado a esta complicación de la enfermedad diverticular.
¿Cómo prevenir la Diverticulitis?
Si bien siempre es importante el rol de la predisposición genética en la aparición de las enfermedades, en este caso, podemos fundamentalmente, ayudar a evitar las complicaciones de los divertículos mediante:
- Dieta rica en fibra (frutas, vegetales y granos enteros), y/o productos que aumenten el volumen de la materia fecal. El aumento de volumen del contenido del intestino grueso reduce los espasmos, lo cual, a su vez, disminuye la presión sobre sus paredes.
- Actividad física aeróbica.
- Evitar el tabaquismo y el aumento de peso que lleve a obesidad.
- Ingesta de abundante líquido (agua).
Diagnóstico
Se puede sospechar la presencia de divertículos, en el caso de aparición de dolor abdominal tipo retorcijón, en la región inferior (del ombligo hacia abajo) y hacia el lado izquierdo generalmente, y con trastornos en la evacuación.
Otra sospecha de diverticulosis es la aparición de sangrado rectal, en cantidad y de aparición brusca.
Normalmente el diagnostico se confirma con colonoscopía, radiografía con enema de bario (el colon por enema), tomografía computarizada, colonoscopía virtual o videocápsula colónica.
En realidad, estos estudios generalmente se piden por otras causas y ahí se observan los divertículos.
En el caso de las diverticulitis, el diagnostico se basa en:
- Síntomas: dolor de aparición brusca o de diferentes características al habitual, fiebre y alteración en las deposiciones.
- Examen físico: dolor a la palpación en parte baja de abdomen hacia el lado izquierdo o en todo el abdomen.
- Análisis de sangre y los estudios por imágenes ya mencionados, donde además de la aparición de los divertículos se observan otros hallazgos compatibles con inflamación diverticular, absesos o perforación.
Tratamiento
Habitualmente, el objetivo del tratamiento de los divertículos es:
- En el caso de presencia de divertículos, sin síntomas, mantener las medidas ya descriptas para evitar complicaciones: una dieta rica en fibra (verduras, frutas y cereales integrales) y beber suficiente cantidad de líquidos (basados en agua, y sin gas), son las medidas terapéuticas básicas.
- En personas con síntomas de dolor o alteración del tránsito, el objetivo es disminuir los espasmos intestinales. Favorecer el transito y a veces es necesario el uso de fármacos para disminuir la motilidad (espasmolíticos) o analgésicos habituales.
- En las diverticulitis leves, el tratamiento se hace con antibióticos vía oral tomados en casa, (aunque en los últimos años se postula que quizás no serían necesarios), pero los casos más graves requieren internación con antibióticos intravenosos y ayuno.
- La cirugía se indica ante episodios repetidos, o ante complicaciones como un absceso, una peritonitis, una fístula o una obstrucción intestinal.
Si experimentas síntomas relacionados con la diverticulitis, te recomendamos consultar a un gastroenterólogo. En Gedyt, contamos con especialistas altamente capacitados para brindarte la mejor atención.
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