Diarrea
La diarrea es un síntoma frecuente y autolimitado en huéspedes inmunocompetentes, raramente requiere tratamiento específico. Tiene significativa morbimortalidad en poblaciones de alto riesgo como lactantes, ancianos con comorbilidades e inmunocomprometidos. Las formas leves la experimentan todos los individuos en algún momento de su vida.
Definición:
La diarrea se define como un aumento en la frecuencia de las deposiciones (3 o más en 24 horas) y/o disminución de la consistencia de las heces. Puede presentar un comienzo brusco, a veces puede contener sangre, moco, pus o alimentos no digeridos. En la mayoría de los casos suele ser leve y desaparecer en pocos días, pero también puede prolongarse en el tiempo y evolucionar a una forma persistente o crónica.
Se clasifica de distintas formas, aquí describiremos dos, de acuerdo a la severidad y duración de los síntomas.
Según la duración de los síntomas:
- Diarrea aguda dura menos de 14 días
- Diarrea persistente dura entre 14 y 30 días
- Diarrea crónica dura más de un mes.
Según la severidad:
- Diarrea leve (3 deposiciones diarias, síntomas gastrointestinales leves)
- Diarrea Moderada (3-6 deposiciones diarias, deshidratación leve a moderada, síntomas gastrointestinales intensos)
- Diarrea severa (mayor a 6 deposiciones diarias, deshidratación severa, síntomas gastrointestinales y sistémicos)
¿Cuáles son los síntomas?
Aunque el síntoma fundamental es el aumento del número de las deposiciones y la disminución de la consistencia, es frecuente que se asocie a otros síntomas concomitantes como fiebre, intolerancia alimentaria (náuseas, vómitos y dolor abdominal), tenesmo rectal, urgencia evacuatoria, diarrea sanguinolenta o mucosa. Si la diarrea es copiosa puede aparecer deshidratación por pérdida excesiva de líquidos.
¿Cuáles son las causas de la diarrea?
Las causas pueden ser infecciosas o no infecciosas, siendo los virus la causa predominante.
Para orientarnos con sus posibles causas, dividiremos a la diarrea como inflamatoria o no inflamatoria. La inflamatoria puede presentar fiebre, diarrea sanguinolenta o mucosa, tenemos y urgencia evacuatoria.
Diarrea Inflamatoria:
Infecciosa: Bacterias (Salmonella, shigella, Escherichia Coli enteropatógena, Yersinia, Campylobacter), Colitis Pseudomembranosa, Tuberculosis Intestinal, infecciones virales ulcerativas (Citomegalovirus,Herpes simple) Infecciones parasitarias invasivas (Amebiasis,Strongyloidiasis,Entamoeba Histolytica).
No infecciosa: Enfermedad Inflamatoria Intestinal (Colitis Ulcerosa, Enfermedad de Crohn), Colitis Actínica, Colitis isquémica, Diverticulitis – neoplasias (Cáncer Colorectal, Linfoma),Yeyunoileítis ulcerativa.
Diarrea no inflamatoria:
Infecciosa: Virus (Rotavirus, enterovirus,Norwalk), parásitos( Giardia), Bacterianas ( Escherichia Coli enterotoxigénica).
No infecciosa: Hiperingesta, Malabsorción de Carbohidratos (Déficit de Disacaridasas), edulcorantes a base de Sorbitol, Manitol (Alimentos Light), Alergia alimentaria (Proteínas de la leche de vaca y soja), Intoxicación alimentaria, Antibióticos, Quimioterápicos, Abuso de laxantes (sulfatos, fosfatos, bisacodilo,magnesio, lactulosa), Sales de hierro, Malabsorción de ácidos biliares, Tumor Neuroendocrino, Enfermedad de Addison, Hipertiroidismo, Colitis Microscópica, Hipocalcemia, Carcinoma Medular de Tiroides, Vasculitis, Adenoma Velloso. Desórdenes de la motilidad intestinal (Síndrome de Intestino Irritable, Neuropatía Diabética Autonómica), Enfermedad Celíaca, Enfermedad de Whipple, Sobrecrecimiento Bacteriano Intestinal, Isquemia Mesentérica, Síndrome de Intestino Corto, Insuficiencia Pancreática Exócrina.
¿Cómo podemos prevenir la diarrea?
Se recomiendan normas básicas que consisten en higiene adecuada. Utilizar agua segura, consumir alimentos cocidos, verduras y frutas sin cáscara.
La diarrea de origen infeccioso se disemina a través del agua contaminada y puede transmitirse de persona a persona por la mala higiene personal, alimentos preparados en condiciones inadecuadas.
Evitar el consumo de pescado y carne crudos, beber agua potable, no consumir leche ni lácteos sin pasteurizar.
Diagnóstico:
En la mayoría de los casos se trata de cuadros leves que se pueden diagnosticar y tratar ambulatoriamente.
La herramienta fundamental para el diagnóstico es el interrogatorio médico sobre las características de la materia fecal: consistencia, volumen, frecuencia, presencia de sangre, moco o pus. Tiempo transcurrido desde el inicio del cuadro, si se asocia con la ingesta de ciertos alimentos, si se encuentra atravesando situaciones de estrés, si realizó algún viaje reciente, ingesta de antibióticos u otros fármacos previamente, estado inmunitario del paciente.
Una vez realizado un minucioso interrogatorio, el profesional podrá solicitar estudios complementarios tales como laboratorio con serologías para enfermedad celíaca, perfil tiroideo, serología HIV, en diarrea persistente o crónica.
De acuerdo al caso, también podrán solicitarse estudios de materia fecal. Los leucocitos en materia fecal, permite diferenciar entre diarrea inflamatoria y no inflamatoria. Coprocultivo, parasitológico, toxinas A y B para Clostridium difficile, ante sospecha en diarrea persistente o crónica.
Con todos los estudios e interrogatorio efectuado, el profesional médico podrá realizar el diagnóstico e instaurar el tratamiento adecuado.
La Videoendoscopía Digestiva Alta y Video Colonoscopía – Rectosigmoidoscopía pertenecen a estudios complementarios avanzados, no se requiere en la evaluación inicial del cuadro, excepto en casos de diarrea persistente o crónica, diarrea sanguinolenta, si se acompaña de pérdida de peso significativa, proctitis en inmunocomprometidos, pacientes con Enfermedad Inflamatoria Intestinal o sospecha.
Tratamiento:
La deshidratación es la complicación más frecuente por lo tanto el tratamiento de la diarrea de cualquier origen es la prevención y soporte hidroelectrolítico. Se recomienda las primeras 24 horas dieta líquida exclusiva mediante el consumo de agua, jugo de frutas diluido, bebidas deportivas, caldos, té, gelatina, agua de arroz.
Incorporar alimentos progresivamente, en porciones pequeñas y varias comidas al día (6 colaciones diarias). La dieta astringente consiste en arroz blanco hervido, polenta, fideos blancos con queso, pollo sin piel o pescado a la plancha, pan tostado, galletas de agua, carne magra, zanahoria o verduras hervidas, manzana rallada o asada.
Evitar leche y derivados, grasas, fritos, fibras, pasteles, galletas dulces, café, jugos azucarados enlatados.
Los probióticos son beneficiosos en las diarreas posterior al uso de antibióticos.
No utilizar antidiarreicos sin indicación médica, ya que pueden complicar la evolución.
No utilizar antibióticos para la diarrea adquirida en la comunidad, ya que estudios epidemiológicos sugieren que la mayoría son de origen viral, por lo tanto, no es un tratamiento de rutina, y a su vez existe el riesgo de alterar la microbiota gastrointestinal con el uso inadecuado.
En síntesis, la mayoría de los cuadros diarreicos son autolimitados, remiten espontáneamente y habitualmente tienen una duración de 3 a 7 días. Es importante la consulta para evitar deshidratación severa si el cuadro no mejora. Aconsejamos no automedicarse y consultar a su gastroenterólogo para un mejor diagnóstico y manejo clínico.
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